viernes, 20 de junio de 2008

Una nueva Ley del Niño - Cambio de paradigma, desafío para el mundo de los adultos.


En el año 2004 fue derogado el Decreto Ley 10.067 de la Dictadura Militar, que desde 1983 fue el marco jurídico que guió las acciones de los jueces de menores en referencia a los niños y adolescentes que se enfrentaban a situaciones consideradas “irregulares” o “de riesgo”.

La nueva Ley 13.298 de Promoción y Protección Integral de los Derechos de Niños y Adolescentes, adecua la legislación provincial a la Convención Internacional por los Derechos del Niño.

La nueva ley plantea un cambio de paradigma que implica un desafío para todos:
“Todos los niños y niñas son sujetos de derecho”.

Esta frase tan breve nos enfrenta a un cuestionamiento general de nuestras prácticas, de nuestros modos de pensar y entender la infancia. Dos modelos de pensamiento y acción se ven confrontados ante el viraje que implica el paso de considerar a los niños como “menores”, objetos de tutela del Estado a reconocerlos como sujetos de derecho.

Desde el paradigma del Patronato, fueron frecuentes las separaciones de los niños de sus familias asumiendo el juez el rol de decidir acerca de la normalidad o no de un núcleo familiar y decidiendo así sobre el destino del “menor”. Muchas veces las diferencias socio- económicas- culturales fueron causantes de las internaciones y se judicializó a los niños por la pobreza de sus familias.

El cambio que implica ver a los niños y las niñas desde la perspectiva de la protección y promoción integral de sus derechos nos exige el compromiso como comunidad adulta de hacernos cargo de nuestros niños. Velar por su crecimiento y acompañar a sus familias para que puedan ofrecerles la contención que necesitan.

Se abre un desafío, casi una utopía. Comprometernos como adultos, como ciudadanos para que en nuestra comunidad local, no haya niños en situación de vulnerabilidad. Exigir a las autoridades de nuestro municipio que funcionen los servicios locales para la atención de las necesidades de los niños y sus familias acá mismo, en cada barrio. Que los recursos económicos y humanos disponibles, se pongan al servicio de los derechos de los niños, para que no tengamos que convivir con contradicciones: contar con una nueva ley pero actuar con viejas herramientas y lo que es peor, declamar los derechos del niño pero tomar decisiones según esquemas autoritarios como el del Estado-Patrón herencia de la dictadura.